"El hospedador de provincia", escrito por Ángel Saavedra, Duque de Rivas, es un agudo retrato social y un comentario sobre la tradición de hospitalidad en la España del siglo XIX. Saavedra, a través de una narrativa detallada y reflexiva, examina la figura del hospedador de provincia, un personaje que, según él, representa tanto una virtud estimable como una faceta problemática de la sociedad española.
El autor inicia con una descripción del hospedador de provincia como un tipo social inmutable, una "planta indígena" de la sociedad española, que se complace en alojar y atender a los viajeros. Saavedra señala que, si bien esta práctica de hospitalidad es vista como una obra de misericordia y un deber religioso y humano, no siempre resulta en una experiencia agradable para el viajero. De hecho, el autor sugiere que, en ocasiones, el hospedador puede convertirse en un verdugo atormentador para el fatigado viajero, más que en un proveedor de confort y refugio.
El texto también reflexiona sobre la naturaleza de la hospitalidad como una virtud más común en las sociedades menos civilizadas o en las etapas tempranas de desarrollo social, donde la hospitalidad no era solo una virtud, sino también un deber religioso y un creador de vínculos entre personas y comunidades. Saavedra sugiere que, en los contextos más civilizados, esta práctica puede perder su valor y transformarse en algo menos genuino y más problemático.
La obra de Saavedra es una crítica a una costumbre social y reflexiona sobre cómo las tradiciones pueden ser reinterpretadas y cómo pueden cambiar sus significados y efectos en diferentes contextos sociales y temporales. A través de su descripción del hospedador de provincia, Saavedra brinda una visión perspicaz de las complejidades de la hospitalidad y su lugar en la cultura española.