Francisco Guerrero cuenta las peripecias de su peregrinación a Tierra Santa, a finales del siglo XVI. A pesar de piratas, ladrones, turcos, guerras, jenízaros, privaciones, multitud de monedas de oro gastadas en exacciones abusivas y unas distancias de miles de leguas, este Maestro de Capilla de la Catedral de Sevilla consiguió llegar a Jerusalén, la ciudad dichosa, y visitar los lugares donde tuvieron lugar los principales Misterios de la fe cristiana.
Este precioso librito nos permite compartir las emociones uno de los grandes autores de la música española al pisar, como un simple peregrino, los lugares por los que caminó el mismo Cristo, al celebrar la Misa en el Santo Sepulcro, cuando contempló por primera vez Jerusalén, Belén o Damasco o en el trance de ser capturado por piratas. Lo que le impulsó a emprender un viaje tan arduo y peligroso fue, curiosamente, su labor como músico catedralicio y compositor de numerosos villancicos, algunos de los cuales se han añadido al final del libro.