La inteligencia extraterrestre puede existir como un superorganismo que controla y crea el universo. Un gran sistema organizado de información autorreplicante de porfirinas puede funcionar como un organismo inteligente extraterrestre. Se trata de una inteligencia extraterrestre masiva e inmóvil que se extiende por cientos y miles de kilómetros en el espacio interestelar. Pueden compararse con un grupo de neuronas interconectadas. Cada nodo de la red es un cerebro. Esto crea un superorganismo que puede formar una superinteligencia. El gas interestelar frío o caliente puede generar redes de arqueas extremófilas sobre plantillas de porfirina que pueden sobrevivir con dióxido de carbono e hidrógeno. El polvo interestelar forma estrellas y planetas, y las archaeas magnetotácticas generan campos magnéticos intergalácticos que intervienen en la generación de sistemas estelares y planetarios. Esta masa sin forma que vive en el espacio obtiene su energía de la luz de las estrellas y se comunica consigo misma y con otras formas de luz mediante ondas de radio. Las redes arqueológicas de la inteligencia extraterrestre pueden diseñar cambios en la mente y la civilización humanas mediante impactos meteóricos.
