El cáncer no es una sola enfermedad, sino un grupo de enfermedades caracterizadas por el crecimiento incontrolado y la propagación de células anormales. Las células cancerosas no responden a los procesos normales que regulan el crecimiento, la proliferación y la supervivencia de las células. No realizan las funciones fisiológicas de sus homólogas normales diferenciadas. La quimioprevención del cáncer se centra en suprimir o revertir la carcinogénesis en las fases tempranas y prevenir el desarrollo del cáncer invasivo. La cirugía es la modalidad más antigua disponible para tratar a los pacientes con cáncer. La radioterapia puede utilizarse para erradicar masas tumorales localizadas. A pesar de la cirugía, la radiación y la quimioterapia, la supervivencia de los pacientes con cáncer sigue siendo baja. Por ello, se necesitan nuevas estrategias terapéuticas. Lo más probable es que el uso farmacológico de la quimioterapia cambie radicalmente. El cambio surgirá de una mejor comprensión de los factores biológicos y las vías de señalización. En otras palabras, es necesario pasar de la única dependencia de la quimioterapia contra las células cancerosas a la gestión farmacoterapéutica de los procesos que acaban estimulando la proliferación del cáncer.