El Derecho, en su esencia, es una ciencia que persigue la justicia, y como ciencia no puede entenderse como una isla. Desde esta perspectiva, la interdisciplinariedad de la ciencia jurídica permite entender el Derecho desde una visión holística, adecuada a los anhelos sociales de una sociedad justa e igualitaria, que implica una sociedad con una economía mínimamente estable y que valora la eficiencia en el uso de recursos limitados para satisfacer necesidades ilimitadas. Por lo tanto, la doctrina del Derecho y de la Economía, o lo que en Brasil se conoce como Análisis Económico del Derecho, procura incorporar conceptos económicos a la ciencia jurídica, haciendo los ajustes metodológicos adecuados. Lo que no puede olvidarse es que tanto el Derecho como la Economía desempeñan un papel protagónico en la construcción de una sociedad justa, igualitaria y que busque el desarrollo económico y social. En otras palabras, el Derecho no puede conformarse con la sola búsqueda de la justicia formal, sino que debe guiarse por principios básicos de eficiencia y análisis de los impactos que las decisiones judiciales tienen en el universo económico, evitando el colapso económico y la inseguridad jurídica.