Se ha demostrado que la inhalación de contaminantes como los compuestos orgánicos volátiles (COV) tiene muchos efectos secundarios sobre la salud humana. Se ha descubierto que un grupo denominado BTEX (benceno, tolueno, etilbenceno y los tres isómeros del xileno) es potencialmente peligroso para el medio ambiente y la salud humana. Estas sustancias químicas volátiles son compuestos genotóxicos. La inhalación de estos compuestos volátiles puede producir daños en el ADN en forma de roturas de cadena. Si el nivel de estos daños en el ADN es elevado, dan lugar a mutaciones somáticas y también a determinados efectos genéticos y pueden producir cambios patológicos en diversos tejidos o sistemas del organismo. Esto puede transmitirse a las generaciones posteriores. Por lo tanto, es muy importante comprobar la mutagenicidad de los compuestos químicos presentes en el medio ambiente humano. El presente estudio indica claramente que el nivel de daños en el ADN de los trabajadores de los surtidores de gasolina es significativamente alto. Deberían tomar medidas preventivas para reducir la exposición a dichos vapores y evitar así problemas clínicos en el futuro.