Tener un recién nacido es un hito emocionante en la vida de los padres. Tanto los padres como las madres se enfrentan a numerosos retos en su transición a la paternidad. Especialmente los padres han compartido sus necesidades de apoyo y su deseo de participar en el cuidado del recién nacido inmediatamente después del parto. El vínculo con los padres es igualmente importante para el desarrollo del bebé. Aunque se considera que las madres son las principales cuidadoras, el contacto piel con piel por parte de los padres es una alternativa viable, especialmente cuando las madres no están disponibles, como en casos de emergencias médicas y cesáreas. El contacto piel con piel de los padres es beneficioso tanto para ellos como para sus recién nacidos. Por lo tanto, involucrar a los padres en el cuidado del recién nacido es una alternativa segura y basada en la evidencia. Es necesario proporcionar a los padres un apoyo culturalmente competente y actualizado para fomentar el contacto piel con piel, y esto debe ser la máxima prioridad de los profesionales de la salud.