Este libro examina el régimen jurídico de la prueba directa ante los tribunales internacionales, distinguiendo entre los órganos interestatales y los mecanismos de arbitraje. Destaca el papel central de la prueba directa en los litigios internacionales como instrumento de demostración, convicción y legitimación de las pretensiones jurídicas. El estudio comienza definiendo los conceptos esenciales y analizando las distintas formas de prueba directa, en particular la prueba documental y la testimonial, teniendo en cuenta las tradiciones jurídicas comparadas. En segundo lugar, examina las normas aplicables a la obtención de pruebas, ya sea en los tribunales estatales o en los tribunales de arbitraje, prestando especial atención a las normas de la IBA y de la OHADA. El análisis pone de relieve la evolución hacia un modelo cooperativo basado en la equidad procesal y la participación activa del juez.El libro concluye con la necesidad de encontrar un equilibrio entre la libertad probatoria y la seguridad jurídica, como garantía de una justicia internacional imparcial y eficaz.