Las empresas especializadas en el diseño y la comercialización de tecnología digital, en este caso las GAFAM, se están convirtiendo rápidamente en actores principales de la política internacional, y la economía digital se ha convertido así en un nuevo eje geopolítico. Estas empresas están ejerciendo una forma de soberanía sobre un dominio en rápida expansión que se extiende más allá del alcance de los reguladores, a saber, el espacio digital, al tiempo que establecen en él una hegemonía de facto.Con su fuerza financiera, su influencia social y su poder político, estos gigantes tecnológicos están invadiendo en muchos sentidos el territorio del Estado-nación y sus poderes soberanos. Al igual que muchas empresas tecnológicas chinas, las GAFAM se ven envueltas en rivalidades internacionales cuando establecen lazos diplomáticos u optan por estar estrechamente vinculadas a un Estado. Al mismo tiempo, las GAFAM dan a conocer su impacto en los asuntos internacionales modificando o suspendiendo determinados servicios en un país para expresar preocupaciones, difundir ideologías y mostrar su apoyo a un bando concreto.