La ORIF sigue siendo la técnica de referencia para el tratamiento de las fracturas mandibulares desplazadas, especialmente en pacientes con una gran exigencia funcional. El éxito depende de una selección adecuada del caso, una reducción anatómica precisa, una fijación estable y unos cuidados postoperatorios diligentes. Los principios biomecánicos, como la fijación de carga compartida frente a la fijación de carga soportada, desempeñan un papel fundamental en la selección del material adecuado. La adhesión a las líneas de osteosíntesis de Champy garantiza una estabilidad óptima y una interferencia mínima con las estructuras circundantes. La movilización precoz, el restablecimiento de la oclusión y la prevención de la infección son fundamentales para lograr resultados funcionales y estéticos favorables.